viernes, 21 de noviembre de 2008

“Educación física, deporte y diversidad: el desafió de incluir”

“Educación física, deporte y diversidad: el desafió de incluir”
Autor: Lic. Fernando Acosta
Introducción
“Ser gitana, ser síndrome de Down, ser negra, ser paralítico
o ser sencillamente niña o niño es un valor.
La naturaleza es diversa y no hay cosa
más genuina en el ser humano que la diversidad.
No hay dos amapolas iguales. No existe historia de humanidad sí
no existen niñas y niños.
La historia de la humanidad es la historia de la diversidad”[1]

En el transcurso de la historia de la educación la inclusión del deporte ha sufrido variaciones. Platón en “La Republica” le otorga a la actividad física una función importante:
“en consecuencia será necesario (...) someter desde el comienzo los juegos de nuestros niños a una disciplina más rigurosa, porque si no se establecen regla alguna para sus juegos tampoco habrá normas para los niños , y estos no podrán llegar a ser hombres”[2]
En la edad media la actividad física se limitó a quienes dirigían. Si bien no se dejaron de practicar juegos y deportes, el ejercicio se hizo militar, riguroso y represivo.
John Locke se ocupó del tema y expresa que el niño debe cumplir con las reglas del rigor
“ la fortaleza del cuerpo consiste principalmente en ser capaz de resistir a la fatiga... para conservar el cuerpo fuerte y vigoroso para que pueda obedecer y ejecutar las ordenes del espíritu”[3]
Herbert Spencer en su postura positivista postula que la educación es defectuosa por varios conceptos: por la insuficiencia de la alimentación, de los vestidos y del ejercicio y por exceso de la aplicación mental. Sostiene que la educación es insuficiente porque ha descuidado el cuerpo.
En nuestros tiempos, el deporte sigue una lógica de competitiva. Las instituciones y programas deportivos públicos o privados reproducen el mandato del deporte competencia descuidando los aspectos evolutivos, formativos y recreativos; señala Rozengardt R.:
“ El deporte actual se ha configurado sobre algunas cuestiones dignas de ser resaltadas y que ponen en riesgo la infancia y la adolescencia, a saber: la deportivización forzada de las actividades infantiles puede formar parte de los mecanismos de desaparición de la infancia al ponerlos muy rápidamente en el lugar de los consumidores o de productores o trabajadores; la hegemonía del modelo agonístico del deporte promueve patologías como el no poder jugar por excesivo valor al ganar; el deporte conforma una dinámica de jerarquización social, discriminación por sexos y selectividad en el acceso a los bienes materiales y simbólicos; el deporte puede generar una profunda desigualdad real frente a las facilidades para practicar y para ganar”[4].
Si tenemos en cuenta, qué esta lógica de competitividad del deporte, se instala en la escuela con programas deportivos competitivos; torneos con instancias locales, regionales, nacionales y sudamericanas, estamos ante un problema para la educación física desde un punto de vista pedagógico y didáctico.

¿Existen otras formas de abordar el deporte en la escuela? Probablemente si y sobre eso reflexionare.

Una forma posible: pensar la diversidad en nuestro campo.
El paradigma de la diversidad que se origina y desarrolla en el ámbito de la educación especial, comienza a ser visto con buenos ojos por el resto de los educadores. El fenómeno de la diversidad ha sido sustentado en diversos foros internacionales que trabajan permanentemente a favor de la diversidad e inclusión educativa. Algunos de estos hitos contribuyeron y contribuyen al desarrollo del paradigma:
o declaración universal de los derechos humanos;
o declaración de los derechos del niño; declaración de los derechos del deficiente mental; declaración de los Derechos del Minusválido;
o informe warnock;
o programa de acción mundial para personas con discapacidad.
La historia ha presentado en su recorrido culturas y civilizaciones integrada por sujetos diferentes. Las diferencias se han visto generalmente como amenazas para el conjunto de la sociedad y por ende se han tratado de eliminar. O en ocasiones, estos sujetos han sido vistos como portadores de cualidades o poderes superiores.
Se mire por donde se mire, lo diverso se constituye en un espacio variopinto en su definición. En nuestro contexto moderno y occidental estas diferencias pueden enumerarse de la siguiente manera: intelectuales; de genero, de edad, de raza; de clase social; motóricas; sensoriales, de personalidad; culturales[5].
En términos de la teoría de la evolución de las especies, lo diverso señala más posibilidades de adaptación y supervivencia. Desde la lógica del ser humano, no es así, y parecería ser un obstáculo. Señala Maturana, H:
“... el ser humano, desde el punto de vista biológico no tiene errores, no hay minusvalías, no hay disfunciones... En biología no existe minusvalía... Es en el espacio de las relaciones humanas donde la persona definida como limitada pasa a ser limitada”[6].
En este sentido, es pertinente plantear la diversidad como un valor cultural en sí mismo, es decir, como una serie de potencialidades humanas que se desarrollan en cada contexto social/cultural.
En consecuencia, planteo el siguiente interrogante ¿cómo atendemos a la diversidad en nuestras escuelas?, y más aun ¿cómo atendemos la diversidad en educación física?
Ocupémonos brevemente del primer interrogante.
Analizar cómo la escuela atiende a la diversidad, exige estudios, que creo aun no se han desarrollado. Por lo tanto, planteo como alternativa para abordar el deporte y la diversidad, trabajar por una escuela con entornos inclusivos.
Las escuelas inclusivas representan uno de los últimos avances en el estudio y la investigación en el terreno educativo de la atención a la diversidad. Una escuela inclusiva hace hincapié en el desarrollo de una propuesta educativa que alcance a todos los educandos, mediante una serie de oportunidades educativas y ayudas (curriculares, personales, materiales) necesarias para su progreso académico y personal.
Una escuela con enfoque inclusivo debe preocuparse por desarrollar entornos comprensivos. Esto significa hacer hincapié, desde una perspectiva psicopedagógica y social, en alguno de estos componentes:
- trabajo colaborativo entre docentes (intervenciones conjuntas, planificación por unidades didácticas);
- elaboración de estrategias de enseñanza y de aprendizaje donde puedan tomar parte los alumnos, y donde se le además, importancia al trabajo social en el aula;
- colaboración escuela familia;
- atención a la diversidad por medio del curriculum[7]
La respuesta acerca de cómo afrontar el desarrollar el paradigma de atención a la diversidad en el sistema educativo, es sin dudas, compleja. Intervienen múltiples factores que generalmente están en tensión, a saber: el desarrollo de políticas educativas y curriculares orientadas a la atención a la diversidad; la implementación de políticas de capacitación e investigación sobre el tema que se viene planteando; la creación de entornos institucionales comprensivos, democráticos, desde donde se puedan adoptar desiciones curriculares y prácticas pedagógicas inclusivas; y la colaboración del colectivo docente para desarrollar prácticas inclusivas diariamente.
Dejemos de lado por un lado el primer interrogante, y pasemos al otro, es decir: ¿cómo podríamos atender la diversidad en educación física?
Víctor Pavía[8] propone un ejercicio que me parece, en principio, muy entretenido: el de imaginar. Les propongo entones, si les parece, imaginar sobre los siguientes interrogantes:
¿de que manera podemos imaginar la atención a la diversidad en nuestras clases?
¿como podríamos definir lo diverso en educación física?
Las preguntas abren una cierta incertidumbre y un debate a la vez, porque quizás, no habíamos pensado en las mismas.
Se me ocurre, en principio, aportar algunos aspectos que pueden constituir lo diverso en nuestras clases:
- el desarrollo motriz, es decir, diferentes niveles de habilidad, destreza; diferentes niveles de resolución motriz, entre otras diferencias;
- diferencia en el desarrollo psicológico y social de los alumnos (procesos de socialización);
- diferencias en la integración grupal (comunicación, liderazgos, roles, etc.);
- de sexo y género. Y seguramente muchas otras más que se me escapan aquí.

Algunos datos acerca del deporte escolar en nuestra región
En el año 2005 se desarrollo en la ciudad de General Pico una práctica de investigación[i] sobre las competencias deportivas escolares en el tercer ciclo de la educación general básica. El resultado es preocupante: de una matricula total de 3221 en condiciones de participar, lo hicieron 943 alumnos.
A partir de este dato, el núcleo de investigación decide indagar[ii] la problemática orientado en los siguientes objetivos: analizar en el contexto de las unidades educativas el proceso de diseño e implementación de las competencias deportivas sub. 14; comprender y analizar la forma en que toman las decisiones desde los diferentes órganos e instituciones, para el desarrollo de las competencias.
Se arribaron a las siguientes conclusiones:
- Las competencias deportivas no tienen un alcance masivo y responden a intereses del deporte rendimiento o federativo.
- La toma de desiciones a nivel curricular, tanto micro (escuela), como macro (coordinación de educación física, secretaria de deportes, ministerios de educación y bienestar social), permanece en un estado de tensión, a saber: los alumnos de la unidades educativas no son convocados para tratar el tema; en el proceso de organización de las competencias los diferentes actores educativos solo son consultados, sin formar parte de un proceso de toma de desiciones real; coexisten concepciones curriculares tecnocráticas que no favorecen un diseño abierto y flexible de competencia deportiva.
- la enseñanza de los deportes y las competencias deportivas no pertenecen al mismo proceso de construcción didáctico. Se aborda por un lado, la enseñanza de deportiva, y por otro, se participa de las competencias en cuestión, que aparecen como hemos venido advirtiendo, desajustadas de la dinámica institucional.
- Los docentes de educación física proponen el desarrollo de dos instancias: una instancia participativa-recreativa, y otra más competitiva. Proponen realizar talleres deportivos opcionales en las unidades educativas.

¿Cuál sería entonces la manera más conveniente para incorporar las competencias deportivas en la escuela de tal manera que se pueda atender a la diversidad de alumnos?
Creemos que no hay recetas para esta pregunta. Pero podemos pensar en alguno de los siguientes aspectos:
- Crear contextos institucionales favorecedores para debatir la mejor forma de incluir las competencias en la escuela, consultando a cada uno de los actores educativos institucionales (directores, docentes y alumnos).
- Realizar un anclaje curricular centrado en la elaboración de materiales curriculares nacionales, jurisdiccionales e institucionales, que conciban las competencias deportivas desde la perspectiva del deporte participativo. Donde se privilegien las finalidades expuesta en los CBC[9], a saber: facilitar la comprensión, aceptación y respeto de las reglas; el sentimiento de pertenencia grupal; la cooperación y la oposición; la comunicación y contra comunicación motriz; tolerancia y serenidad frente a la victoria y la derrota; afán de superación individual y grupal; del hábito de esforzarse para conseguir resultados lícitos; autonomía personal; la capacidad de análisis y respuesta a situaciones; un sentido crítico sobre las acciones y resultados; la capacidad táctica y estratégica; la habilidad y destreza.
- Dentro del nivel de concreción curricular institucional, hacer hincapié en la elaboración del Proyecto Curricular Institucional que debe dar respuestas generales a los siguientes interrogantes:
· ¿para qué desarrollar competencias deportivas en la escuela?;
· ¿cuándo y como desarrollarlas?;
· ¿qué, cuándo y cómo evaluarlas?
Este artículo pretende instalar un debate acerca de cómo abordar el deporte en la escuela a partir del criterio de la diversidad en entornos educativos inclusivos. Hoy, con esta lógica de organización, estamos atendiendo a una minoría, esto es, a aquellos alumnos que tienen acceso a la práctica deportiva en clubes; mientras que el resto de los alumnos queda al margen de la práctica deportiva.

[1] López Melero, Miguel. “La educación (especial): Hija de un Dios Menor en el Mundo de la Ciencia de la Educación”. XII Jornadas de Universidad y Educación Especial. Universidad Autónoma de Barcelona. 1996:14.
[2] Aisenten Angela. Ganz Nancy. Perczyk Jaime. “La enseñanza del deporte en la escuela”. Camilloni A. cita a Platón. Miño y Dávila Editores. Buenos Aires. Argentina. 2002: 9.
[3] Op. Cit Pag:10.
[4] Rozengardt Rodolfo. “El deporte escolar, una oportunidad”. La Pampa en movimiento. Revista de educación física. Nº 2. General Pico, La Pampa, Argentina. Otoño de 2006: 3.
[5] Porras Vallejo. Ramón. “Una escuela para la integración educativa: una alternativa al modelo tradicional” Cuadernos de cooperación educativa. Ediciones Kirikiki cooperación educativa. Sevilla. España. 1988: 21.
[6] López Melero cita a Maturana H. En “Diversidad y cultura: en busca de los paradigmas perdidos”. XXII Reunión científica anual de AEDES. Murcis. 1995.
[7] Climent Gine i Gine. “Inclusión y sistema educativo”. III tercer congreso de atención a al diversidad. Ponencias y mesas redondas. Salamanca España. 2001:10-11
[8] Profesor de educación física dedicado a la investigación en juego. UNCOMA (Universidad Nacional del Comahue)
[9] Contenidos básicos comunes para todos los espacios curriculares del sistema educativo Argentino, elaborados en el marco de la Ley Federal de Educación (1993).
[i] La investigación fue llevada adelante por la coordinación de educación física zona norte con sede en General Pico. Esta coordinación abarca todos los establecimientos educativos de educación general básica 1º y 2º de General Pico y de localidad vecinas. Los deportes en los que se podía participar fueron fútbol, básquet, handbal, voleibol, atletismo, ajedrez; y las instancias de participación fueron local y zonal, regional, provincial, nacional y sudamericana.
[ii] Esta investigación se llevo adelante en el Instituto Superior de Educación Física “Ciudad de General Pico”. La Pampa Argentina.

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